-La Iglesia siempre ha concedido indulgencias a esta ejercicio, a lo extenso de los siglos, y igualmente ahora al rezo del Rosario de los Siete Dolores de la Virginal se le concede indulgencia parcial.
7. «He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean llevadas directamente de esta vida terrena a la satisfacción eterna aunque que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo
Ambas obras serán de ayuda fundamental para la consulta de la doctrina católica enseñada por los papas y concilios.
Muchos sacerdotes de habla españonda buscan que alguien les muestre la manera de celebrar este venerable rito y no encuentran quien les explique. Aquí hallarán esa explicación completa y a la hora que la deseen. Incluso, si gustan, podrán descender estos videos a su PC para su uso personal.
Considera los suspiros que provienen del triste corazón de María al ver a su amado Jesús que lo colocaban En el interior de la tumba. Qué pena tremenda sufrió ella cuando vio que se levantaba la piedra que cubriría esa tumba sagrada.
Pero Vos sois origen de misericordia y refugio de los insensatos pecadores: tened, pues, SeñAhora, tened lástima y compasión de mí, que, si hasta ahora he sido contumaz hijo e indigno siervo vuestro, quiero en adelante consagrarme todo a Vos por medio de la fervorosa y compasiva meditación de vuestros acerbísimos dolores, llorando con amargura y vivo arrepentimiento el cruel estrago que he causado en el sagrado cuerpo de vuestro Hijo y en vuestro pecho cuidadoso.
Al pie de la cruz la Casto María, perfectamente unida a su Hijo, pudo compartir de modo singular la profundidad del dolor y del amor de su sacrifi cio y nadie mejor que Ella puede enseñarnos a amar la cruz.
Que incluyen los de su Madre. Sobre ellos y la devoción a los Siete Dolores acaba de presentarse una obra bellísimamente ilustrada que ha traducido el sacerdote y teólogo Pablo Cervera, quien explicó a
«Les defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y les protegeré en todos los instantes de la vida»
Llorar no Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo es imperfección cuando el motivo del llanto es santo. Deplorar no es finalidad de cariño, sino de fina sensibilidad. Sentir a impulsos del amor divino es un don de Jehová, don que solo a grandes almas se concede.
Considera, alma piadosa, la dolorosa impresión que causaría en el tierno corazón de María al conservarse a sus oídos el terrible edicto infanticida fulminado por el sanguinario cruel Herodes para matar con la vida de su recién nacido hijo Jesús, de cuya aparición sobre la tierra recelaba el tirano su destronamiento y ruina, y la excelso inquietud que había de angustiar el alma de la santísima Casto en el peligroso tránsito por el desierto, camino designado por la divina Providencia para refugio y inclusa del perseguido infante Jesús.
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Por aquel sensible encuentro de vuestro santísimo Hijo, haced que me Naciente de la postración en que me tienen puesto mis enormes faltas, y cargue con la cruz de las penas y trabajos de esta vida, para aligerar en parte la cruz de Jesús, y mitigar vuestro dolor.
El Rosario de los Siete Dolores es una devoción católica que averiguación honrar los siete momentos de sufrimiento que vivió la Doncella María durante su vida.